Introducción a la gestión de proyectos
Hoy en día la gestión de proyectos es algo que está de moda, en todos los sectores de actividad se habla de trabajar por proyectos. Sin embargo, la creencia más extendida es que su dirección y desarrollo sólo está en mano de grupos muy especializados.
¡Vamos a presentar una introducción a la gestión de proyectos para desmitificarla y acercarla al ámbito profesional!
Empecemos la casa por los cimientos y expliquemos qué es un proyecto. Es un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto o servicio único.
Los proyectos suelen tener restricciones que nos determinan cómo debemos dirigirlos. Las más conocidas son las conformadas por el triángulo alcance, tiempo y coste. Sin embargo, el triángulo en la actualidad se torna un hexágono porque los recursos disponibles, la calidad y los riesgos son factores que también determinan el resultado final del proyecto.
La aplicación del conocimiento, habilidades, herramientas y técnicas que nos ayudan a alcanzar los requisitos y objetivos del proyecto, es lo que se denomina gestión de proyectos. El objetivo principal es producir valor de negocio de la mejor manera posible y dentro del entorno dado.
Los proyectos atraviesan por varias fases desde su inicio hasta su conclusión, que se denominan ciclos de vida del proyecto. Hay diferentes fases – secuenciales, iterativas, incrementales, adaptativas -, y la Dirección tiene que determinar el mejor ciclo de vida para cada proyecto y utilizar el enfoque más adecuado.
A continuación, se presentan las principales características de cada enfoque:
El enfoque predictivo organiza las fases en serie o cascada. Antes de iniciar el proyecto, se conocen los requisitos y existe un alto grado de planificación temprana del alcance, tiempo y coste. Existe una menor incertidumbre gracias a la planificación e identificación de riesgos. Sin embargo, tanta planificación hace más difícil la adaptación a los cambios que no estén recogidos en el plan de dirección del proyecto.
El enfoque iterativo, se suele aplicar en proyectos de alta complejidad y con frecuentes cambios. Se conoce el alcance de forma temprana, pero el tiempo y el coste se van modificando según se comprende mejor el producto final. La mejora del producto se va consiguiendo mediante pruebas y prototipos. Estas iteraciones ayudan a reducir el riesgo y a incorporar nuevos requisitos del cliente o del equipo.
Cuando el cliente no sabe exactamente lo que quiere el enfoque incremental es lo mejor. Se van ofreciendo pequeñas y frecuentes entregas que van aportando nuevas funcionalidades y cada entregable tiene valor para el cliente.
El enfoque ágil, recoge prácticas tanto iterativas como incrementales. Existe poca planificación inicial porque se desconocen los requisitos o se espera que estos cambien. Se hacen pequeñas y frecuentes entregas al cliente, con quien se están en continua comunicación para conseguir su satisfacción final.
Rabuso es una consultora especializada en dar soluciones a asociaciones empresariales. Estas soluciones a medida en muchos casos se organizan en forma de proyectos. Dado que nuestra empresa da soporte a más de una decena de asociaciones nacionales e internacionales, contamos un con equipo altamente especializado, que trabaja en continua comunicación y con múltiples herramientas para la gestión de proyectos. El resultado son proyectos concluidos satisfactoriamente y que aportan valor a nuestros clientes.