Gestionar personas, desde la perspectiva de los grupos de trabajo

RABUSO_Gestionar_grupos_trabajo

La gestión como herramienta trata de conseguir un objetivo a través de los elementos de los cuales se dispone.

En el caso de las asociaciones empresariales, el objetivo es beneficiar a la Asociación mediante el trabajo desinteresado de los representantes de las empresas, que choca con el tiempo que deben dedicar a la empresa a la que pertenecen.

Por ello, es un caso atípico de grupo de trabajo en una organización, puesto que el trabajo de los miembros no deriva en una remuneración directa (€/h).

De esta forma, hay que buscar una recompensa o incentivo ulterior, puesto que el beneficio vendrá de forma indirecta, consecuencia del trabajo del grupo.

La gestión es un campo interdisciplinar muy amplio, engloba múltiples disciplinas y requiere de muchas habilidades y conocimientos para desempeñarla de forma efectiva.

De entre todo este eclecticismo, se ha querido destacar los tres pilares de la gestión que constituyen su base en este tipo de grupos de trabajo particulares de las asociaciones empresariales: comunicación (bidireccional), participación (tele-liderazgo) y objetivo.

La comunicación tiene de ser bidireccional, practicando la escucha activa, para que se produzca un feedback productivo.

Este feedback y un estilo de liderazgo participativo, conllevan una mejor comunicación, instaurando un tono afectivo que propicia la motivación y el compromiso.

Mediante la identificación del interlocutor, podemos encontrar diferentes perfiles de trabajadores.

RABUSO_gestion_grupos

Desde la multiplicidad de tipologías, se ha concluido la siguiente como más adecuada y que subsuma los siguientes interlocutores: indeciso, silencioso, egocéntrico, reflexivo, conversador, discutidor, tímido y escéptico.

No son categorías excluyentes, y cada una tiene sus fortalezas. Aprovechar las fortalezas del interlocutor ayuda a que perciban su aportación como positiva y aumenta su motivación.

Toda vez que se ha identificado al interlocutor, es mediante la interrelación de la comunicación, la participación y el objetivo cómo se alcanza la motivación del mismo para el trabajo en grupo. Si esta interrelación es la adecuada, se alcanza el compromiso del interlocutor.

Como particularidad de la gestión de los grupos de trabajo, encontramos el objetivo. Éste no es una remuneración directa (€/h), y a priori puede ser considerado por el interlocutor como ajeno a uno mismo.

Es importante conseguir que lo sienta como propio, conseguir su identificación con él, mediante una recompensa o incentivo superior al mero objetivo del grupo de trabajo.

Ese incentivo es el beneficio de la asociación, y por ende el de su empresa como asociada, y al prestigio profesional de pertenencia a la misma y derivado de la consecución de los objetivos marcados. Una mejor asociación conlleva una empresa mejor. El beneficio económico será a nivel de empresa y de asociación, no a nivel individual-personal.